domingo, 29 de mayo de 2011

La marina bizantina en tiempos de Justiniano

Hola a todos,

Uno de los aspectos de los que he conseguido encontrar menos información es el relativo a la marina del siglo VI. En aquella época el imperio romano occidental ya había desaparecido, con su lugar ocupado por visigodos, francos, ostrogodos y vándalos. De todos ellos, los únicos que poseían una flota eran los vándalos, quienes desde el norte de África, la actual Túnez, dominaban todo el Mediterráneo.

Pese al inmenso poder que atesoraba Bizancio bajo el reinado de Justiniano, por los comentarios de los historiadores de la época se deduce que la marina de guerra era muy inferior a la flota vándala, lo cual me lleva a pensar que, dada la diferencia de recursos disponibles, esto se debió más que nada a la dejadez con la que los emperadores orientales trataron los temas náuticos.

Centrados en sus luchas con la Persia sasánida, los bizantinos descuidaron su flota tras el último intento de recuperar África, en el siglo V. Tras el fracaso de su proyectada invasión no hay más noticias sobre la flota de guerra bizantina hasta la incursión de Belisario, en la que se especifica que casi un centenar de barcos de guerra escoltaba su flota de transporte. Sin embargo, el mismo Procopio indica que dicha escolta no sería capaz de derrotar a la armada de los vándalos, y que el convoy de Belisario siempre se vio envuelto en el temor a ser descubierto y destrozado por los barcos bárbaros.

Esto crea un sinfín de dudas en los historiadores:
- ¿Cómo es posible que los vándalos fueran capaces de adueñarse del Mediterráneo en tan corto espacio de tiempo?
- Dado que la conquista de África resultaba fundamental para los planes de Justiniano ¿por qué no dedicó una mínima parte de sus ingentes recursos a construir una flota capaz de enfrentarse con ellos?
- ¿Por qué Roma abandonó el necesario control del mar a unos bárbaros durante casi un siglo?

De aquella época, ni siquiera he logrado localizar una descripción fiable de los dromones, las galeras de guerra bizantinas. Esta que he conseguido es una representación del siglo IX.



Por otro lado, al verla surge otra de las grandes preguntas que aparecen al leer a Procopio. Este autor, la fuente más fiable y detallada de los conflictos bélicos que lideró el general Belisario, indica que cada uno de los barcos de guerra bizantinos llevaba una tripulación de sólo veinte hombres. ¿Se trataría de pequeños barcos con diez filas de remeros por cada lado o, por el contrario, los remos estaban manejados por esclavos y no contaban dentro de los cálculos de tripulación? ¿Qué tácticas empleaban en el siglo VI? ¿Sobrevivían aún las viejas estrategias de ataque creadas por los griegos para el combate de galeras?

Teniendo en cuenta que los grandes cargueros que traían el trigo de Egipto eran capaces de transportar 1000 toneladas ó 600 pasajeros, y que medían 60 metros de largo y 15 de ancho ¿acaso no estaban los bizantinos capacitados para dar un salto técnico y crear poderosos barcos de guerra? Pues por lo visto no, ó, en todo caso, sencillamente no lo vieron necesario. En cualquier caso, este error se repitió nuevamente siglo y medio después, cuando los árabes, otro pueblo sin ningún pasado marinero, fueron capaces de asediar Constantinopla por tierra y agua, siendo sólo derrotados gracias al fuego griego.

Resulta extraño constatar como un imperio comercial como Bizancio, situado en una encrucijada de rutas económicas, no comprendiera la necesidad de poseer una potente flota y el control del Mediterráneo oriental para garantizar su supervivencia.

Aunque nosotros mismos no lo hicimos mucho mejor. Mil años después la España de los Austrias, pese a extraer la mayor parte de los recursos y el comercio de las Américas, derrochaba el dinero en inútiles guerras europeas en lugar de asegurarse el dominio del mar, dominio que pasó a manos inglesas. No fue hasta los inicios del siglo XVIII cuando Patiño o Ensenada comprendieron dónde se encontraban los intereses estratégicos de España. Desgraciadamente, pese a los esfuerzos de estos ministros y del gobierno de Carlos III, nuestro tiempo ya había pasado y, aunque con notorios triunfos, no fuimos capaces de cerrar la brecha que nos separaba de la flota británica.

Es una lástima, pero da la impresión de que los gobernantes parecen destinados a no aprender nada de lo que nos revela la historia.

Un saludo

9 comentarios:

Coriolis R. dijo...

Buenas,

pues estoy de acuerdo contigo. Dudo mucho que los bizantinos no pudieran desarrollar una armada potente tanto en número como tecnologicamente; aunque vivieron de las rentas que les proporcionaba el famoso fuego griego.

Supongo que las naves bizantinas, no necesitando salir al Atlántico, no eran mucho peores que las galeras cristianas u otomanas del siglo XVI

Como has expuesto, un imperio que cuente con un componente naval potente podrá resistir y poner en aprietos a otro que carezca de él; incluso teniendo una superioridad importante en tierra.

Y si no que se lo digan a Rommel que, privado de suministros poco pudo hacer en Africa contra dos enemigos dotados de eficaces líneas de abastecimiento.

Tal vez si esa poco conocida armada bizantina hubiera sido realmente potente, podría haber estrangulado el comercio otomano desde el principio y haber obstruido el movimiento de tropas.
A su vez, habiendo garantizado su propio comercio, podría haber tenido potencial suficiente como para rechazar el asalto cruzado e, igualmente, el turco final.

En fin, es fácil ver las cosas a varios siglos de distancia y Justiniano no tenía la wikipedia. Una ucronía más...

Salvador Felip dijo...

Hola Coriolis,

Buen apunte el de Rommel :)

Creo que una buena flota hubiera sacado de muchos apuros a los bizantinos, al tiempo que les hubiera permitido sobrevivir durante más tiempo. Tal vez en sus últimos años eran demasiado pobres para permitírsela pero, en 1204 por ejemplo estaban en un buen momento, y una flota hubiera evitado que los cruzados tomaran la ciudad, asestando un golpe del que el imperio nunca se recuperó.

Un saludo

Blas Malo Poyatos dijo...

Quizás quien mucho aprieta poco ahoga, y la ambición de Justiniano dejó sin recursos a la marina. Un libro magnifíco, que me ha servido a mí como documentación, es de AGE OF DROMON, si lo consigues no te arrepentirás.

Multitud combates hace perder a soldados y marinos preparador que no son fáciles de reemplazar, además que la vida útil de los barcos era de 30 años o menos, víctimas de la carcoma y de la pudredumbre.

Por cierto, que el sábado un amigo de Granada se interesó por mi segunda novela, ambientada en el Imperio Bizantino, porque habia leído una novela que le había encantado y que le había abierto los ojos sobre ese período. La novela que se llamaba "EL SUEÑO DE JUSTINIANO", de un tal Felip...

Un saludo

Coriolis R. dijo...

Buenas,

hombre, no es éste el blog más adecuado para comentar las campañas de Rommel y el Afrika Korps pero la actualidad sí que nos recuerda que hay "leña" ahora mismo en Libia y que por allí anduvo Belisario pegándose con los vándalos que a su vez habían desalojado a los romanos, que venían de haber vencido a los cartagineses...

Y los cartagineses fueron un imperio marítimo, hasta que Roma aprendió de ellos y los venció con sus mismas armas. Es impresionante como se ve en el Google Maps el antiguo puerto cartaginés, en un arrabal de Túnez.

La verdad es que no tengo información como para poder opinar sobre el desarrollo de la armada bizantina. Mientras es fácil encontrar documentación sobre batallas por tierra, es más difícil sobre combates navales. No digo que no los hubiera, sólo que no están tan accesibles para un simple curioso como yo.

En cuanto al Mariscal Erwin Rommel, sí está bien documentado que la Royal Navy estranguló al máximo la vital línea de suministros que le llegaban desde Italia.

A la inversa, Cadiz se mantuvo firme frente a los franceses de 1810 a 1812 no sólo gracias a sus murallas, sino a las armadas española (lo poco que quedaba de ella) y británica que mantenían a raya a los artilleros franceses.

Retrotrayéndonos a Constantinopla, una armada bizantina que hubiera sido superior en número (porque técnicamente ya lo era) y dotada de armas de fuego, tal vez podría haber mantenido abierto un cordón umbilical, neutralizando el bloqueo otomano, entre Constantinopla y el resto del mundo.

Pero, claro, eso cuesta dinero y si las arcas estaban vacías, hasta luego Constantino.

Salvador Felip dijo...

Hola Blas,

Me apunto The Age of Dromon. No he logrado ver todo el índice pero tiene buena pinta. Cuando busqué sobre el tema encontré casi un vacío en el siglo VI. Espero que esto me ayude a quitarme la espinita.

Y en cuanto a mi libro, ¡hay que ver que pequeño es el mundo!

Un saludo

Salvador Felip dijo...

Hola de nuevo Coriolis,

Estuve en Tunez hace tres o cuatro años, y me llevaron a ver lo que se suponía eran las ruinas de la antigua Cartago. En realidad eran los restos de unas termas romanas, junto a las cuales se levantaba una estructura circular rodeada de un foso que el guía se empeñaba en relacionar con el famoso puerto circular cartaginés que cobijaba medio centenar de galeras.

Me hubiera extrañado mucho que aquel circulillo fuera un antiguo puerto, puesto que allí no cabían ni dos barcos puestos de lado, pero bueno, uno va a hacer turismo y no a pelearse con los guías locales, así que lo dejé estar.

En cualquier caso, hasta la llegada de la aviación la marina fue el elemento decisivo en la creación de los imperios. Sin marina no había comercio, ni posibilidad de transportar tropas ni comunicación con las colonias. Los ingleses lo tenían muy claro, y por ello gobernaron el mundo durante casi dos siglos.

Y hablando de ucronías ¿qué hubiera pasado si Rommel hubiese detenido su ofensiva para tomar Malta y asegurar su línea de suministros? ¿Hablaríamos alemán en lugar de castellano o todo hubiera acabado igual? Lástima que sea una pregunta sin respuesta.

Un saludo

Coriolis R. dijo...

Bueno, no pondría la mano en el fuego por lo de Tunez-Cartago pero otros insisten en localizar la Atlántida en la desembocadura del Guadalquivir.

A veces hay que renunciar al rigor histórico en pos de la leyenda.

Pues si Malta hubiera caido (heroíca defensa de la RAF, por cierto), los suministros del Afrika Korps hubieran estado garantizados y Alemania se hubiera comprometido con el Afrika Korps digamos que, en el mejor de los casos, la guerra hubiera durado unos cuantos años más.

Algo así le pasó a Anibal. Mientras él guerreaba en Europa, los políticos cartagineses le escatimaban el oro. Curioso.

En fin, que debemos el mundo actual, para bien o para mal, a la ambición de unos y a la ceguera de otros.

Salvador Felip dijo...

La verdad es que resulta bastante incomprensible la corteza de miras de algunos dirigentes. Teniendo en cuenta como era Roma, la política seguida por los oligarcas de Cartago era realmente suicida. Incluso poniendo toda la carne en el asador resultaba casi imposible vencer a los romanos, pero negarle los recursos al único general que había demostrado ser capaz de derrotar a Roma es tan estúpido que sólo puede llevarles al desastre y la aniquilación, tal y como le ocurrió a Cartago.

Lo malo es que esa ceguera parece que resulta contagiosa. Acabo de leerme 'Los últimos cien días' de John Toland, sobre el final de Alemania en la II guerra mundial, y resulta sobrecogedor comprobar como, con el país en ruinas a su alrededor y los rusos a cien kilómetros de Berlín, Hitler aún seguía pensando que podía ganar la guerra. Uno siempre piensa que se volvió loco, pero ¿qué decir de los que estaban a su alrededor? ¿No se daban cuenta de que movían ejércitos en el mapa cuando las tropas ya no existían?

Me da la impresión que no hemos avanzado mucho en dos mil años...

Un saludo

Blas Malo Poyatos dijo...

Salvador, mira tu correo de contacto@salvadorfelip.es ,tengo noticias que te pueden interesar.

Un saludo