sábado, 26 de febrero de 2011

Simulación informática de combate entre falanges

Hola a todos,

Hoy me salgo un poco de la línea bizantina para irme unos siglos más atrás, a la Grecia clásica, aprovechando esta página descubierta por un amigo (gracias David)

Se trata de una web en la que se expone la tesis realizada por un informático (creo que de Australia) y en la que ha recreado un combate entre falanges griegas mediante la simulación por ordenador de los hoplitas individuales, con 5 sencillas reglas a seguir:

- Evitar ser empujado.
- Empujar al contrario
- Mantenerte cerca del hombre situado a tu derecha (por lo de protegerse con su escudo)
- Atacar al enemigo
- Huir si falla la moral

Aquí os dejo el enlace:  http://www.ddv.co.nz/hoplites/ como veréis es bastante curioso, y para los informáticos comentar que el programita está hecho en Java. Uno de los enlaces es a un video muy didáctico del combate entre dos falanges, en el que se puede observar la victoria de ambas alas derechas, tal y como se comentaba que ocurría en las batallas de la Grecia clásica.

Que lo disfrutéis.

Un saludo

sábado, 19 de febrero de 2011

Edición en Latinoamérica

Hola a todos,

Esta semana la editora me ha confirmado que El sueño de Justiniano saltará el charco para hacer las Américas.

Tanto Chile como Uruguay pondrán el libro a la venta el mes que viene, y en México se va a lanzar una tirada propia. Además se está a la espera de que lleguen ejemplares a Colombia y Miami, así que en el primer semestre de este año estará prácticamente en todos los países donde Ediciones B tiene presencia. Me faltan Argentina y Venezuela, de los que aún no tengo noticias y en los que supongo que tardará un poco más. Pero la cosa promete.

En cuanto a una edición digital, la editorial me ha comentado que están comenzando a distribuir novedades de estos dos últimos meses y algunas de las novelas del fondo editorial, por lo que parece que comienzan a moverse en el mercado digital. Por ahora no han elegido ninguna de las mías, pero confío en que les llegue el turno en algún momento. Si tengo noticias al respecto avisaré.

Y, por último, os dejo aquí el enlace a una entrevista sobre El sueño de Justiniano en el blog La historia en mis libros, espero que os guste.

http://www.zzona.com/blogeva/2011/02/16/entrevista-a-salvador-felip-autor-de-el-sueno-de-justiniano/

Un saludo

sábado, 12 de febrero de 2011

La guardia Varenga

Hola a todos,

Tal y como prometí a Coriolis, esta semana toca una entrada algo menos truculenta que la anterior, así que me centraré en una de las más exóticas unidades del ejército bizantino desde el siglo X, la guardia varenga.



El nombre de Varengos o Varegos, se usaba por los rusos, desde los que llegó a Bizancio, como forma de describir inicialmente a los escandinavos. Es probable que la palabra derivara de la palabra noruega vár, que podría traducirse por 'compromiso' o 'juramento'. Describía a un grupo de guerreros que juraban lealtad a otro, observando un código de conducta común y compartiendo los posibles beneficios de la lucha.

Los primeros escandinavos que entraron en contacto con los bizantinos eran en realidad suecos del norte de Rusia, que llegaron a Constantinopla en 838 a través de los grandes ríos que cruzaban la estepa. Poco después, en 860, tras un fallido intento de saqueo de la capital del imperio, se asentaron en Rusia, alcanzando sin mucha tardanza un pacto con el emperador, por el cual se comprometían a enviarle levas de guerreros, a los cuales los bizantinos llamaban 'Rus'.

Se sabe que cerca de 700 de estos 'rus' tomaron parte del ataque bizantino a Creta en 911, aunque no fue hasta 988 cuando el emperador Basilio II recibió 6000 hombres del príncipe Vladimir de Kiev. Debido a su intenso ardor guerrero y a sus evidentes cualidades militares, Basilio los convirtió en su guardia personal. Desde ese puesto, los varengos se comportaron con lealtad en la mayoría de los casos, aunque hay anotaciones en la historia que delatan algunas grietas en tan profunda fidelidad. Por ejemplo, Harald Hardrada, el que luego sería rey de los noruegos, fue acusado de apropiarse ilegalmente de impuestos imperiales, e incluso las sagas nórdicas le muestran como el hombre que cegó al emperador Miguel V y secuestró a su sobrina María. Miguel VII, por otro lado, fue atacado en su propio palacio por un grupo de guardias borrachos (huelga decir que los varengos cumplían fielmente con el tópico de vikingos borrachos, hasta el punto que se los apodaba 'odres de vino') y en 1204, cuando sólo sus hachas parecían poder contener a los cruzados que pugnaban por entrar en Constantinopla, sólo accedieron a luchar tras exigir un generoso aumento de su nada desdeñable paga (que consistía en unos 15 nomisma, monedas de oro, al mes)

En el siglo XI, la composición de los varengos comenzó a cambiar, accediendo daneses y anglosajones al servicio del emperador, hasta que estos últimos ocuparon la mayoría de los puestos en la guardia. La última referencia segura a la existencia de la guardia varenga data de comienzos del siglo XV, y aunque no se nombran específicamente en las crónicas de la caída de Constantinopla, es posible que un grupo de estos guerreros aún figuraran entre lo que los testigos de aquel hecho denominan como 'unidades de la guardia imperial'

Dentro de su armamento, pese a que Psello apunta que todos portaban escudo y rhomphaia, la espada de un solo filo que colgaba en bandolera del hombro derecho, el arma que caracterizaba a esta unidad era el hacha, nombrada múltiples veces en las crónicas de la época. Huelga decir que, aunque algunos muchos aprendían griego durante su estancia en la gran ciudad, los problemas con la lengua nórdica siempre podían estar presentes, por lo que el oficial al mando, el Akolouthos, se hacía acompañar de un traductor bizantino.

Y eso es todo por hoy

Un saludo

sábado, 5 de febrero de 2011

El tercer género en Bizancio, los eunucos.

Hola a todos,



Retomando las entradas relativas a temas bizantinos, hoy quería tocar el tema de los eunucos, muy numerosos en la antigüedad y muy apreciados en la corte.

Cuando pensamos en eunucos, lo hacemos teniendo en mente a aquellos hombres a los que se les había extirpado sus órganos sexuales o, al menos, los testículos. Sin embargo, para los bizantinos, la definición básica de eunuco era cualquiera incapaz de procrear, mientras que la forma por la que esto no era posible era lo de menos. Por ejemplo, aquellos que tenían algún problema físico o psicológico que los hiciera impotentes, pese a ser físicamente completos, también eran considerados eunucos.

Los eunucos eran muy frecuentes en la corte debido a que, dado que no podían tener hijos, se consideraba que no acumularían cargos para dejárselos a los descendientes como en otros casos. Se les consideraba los sirvientes perfectos pues se creía que su falta de sexualidad les permitía volcar la inteligencia en las tareas encomendadas. Pese a ello, los nobles les odiaban por su acceso a la carrera y a puestos de gobierno, mientras que los clérigos envidiaban su facilidad para el celibato, pues los castrados jóvenes no tenían apetitos sexuales. Además, podían llegar al cargo de obispo (sólo se les negaba el acceso al patriarcado)

El desprecio que les profesaban se traducía en insultos como afeminado, barbilampiños, insanos o estériles. También se decía que los eunucos lloraban mucho porque habían perdido la capacidad de control de las emociones de los hombres, se les suponía un apetito desmesurado por la comida y bebida, así como al oro. Se suponía que se enfadaban con facilidad y se les acusaba de no mirar a los ojos al hablar, caminar con los miembros sueltos, hablar demasiado o reírse de manera impropia.

Los eunucos podían ser sexualmente activos tanto con hombres como con mujeres. Eso suponía una condena de la iglesia, pues se permitía el sexo sólo con fines procreativos, y si ellos no podían tener hijos la cópula sólo podía ser por vicio y placer. Se consideraba que eran sujetos pasivos en las relaciones con los hombres.

Las dos maneras principales de castración eran las siguientes: La primera se realizaba introduciendo al niño en un baño muy caliente hasta que los testículos se relajaban, luego se machacaban con los dedos. La segunda opción consistía en una pequeña incisión para quitar los huevos del saco escrotal. Se realizaban normalmente a partir de los 7 años.

Aunque dentro del imperio la castración estaba prohibida, muchos padres lo realizaban con sus propios hijos ilegalmente porque sabían que, si sobrevivía, tenía muchas opciones de entrar en la corte y, de ese modo, garantizar el sustento para toda la familia.


Y eso es todo por hoy

Un saludo