sábado, 28 de febrero de 2009

Nueva Roma

Nueva Roma es uno de los títulos que estoy barajando para mi próxima novela, basada en tiempos de Justiniano. 'Arde Bizancio' nunca terminó de convencerme, se parece demasiado a ¿Arde París? por lo que prefiero modificarlo.

En los últimos meses estoy cogiendo de nuevo el ritmo de escritura, y llevo ya casi medio libro escrito, por lo que espero tenerlo listo hacia verano. Ahora viene la parte más difícil, pues hasta ahora sólo he tenido que modificar lo que ya había escrito antes, quitar algunas escenas y añadir otras. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo me voy convenciendo más y más de que esto es lo que me gustaría hacer de aquí en adelante. Tengo tantas ideas sobre libros que tengo que apuntarlas para que no se me olviden. Lo que me falta es tiempo. Me encantaría dedicarme a esto a tiempo completo, pero vivir de la escritura es casi una utopía, alcanzable tan sólo por unos pocos, por lo que tendré que compaginarlo con la informática.

¡Qué le vamos a hacer!

Un saludo

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Me ha encantado! Soy aficionada a la novela histórica, he leído vario libros de estas características pero ninguno me ha gustado tanto como´El Ocaso. Tiene un ritmo trepidante y si no fuera porque todos conocemos el fin del Costantinopla creeríamos que iban a conseguir vencer a los turcos.

Le felicito, una pregunta ya que ha tenido que profundizar en el tema ¿De verdad pensaban venencianos y genoveses que los turcos iban a respetar unas colonias, si se atrevieron con Costantinopla cómo renunciar a pequeños enclaves cristianos?

Reitero mi enhorabuena, espero que su próxima obra sea igual de estupenda.

Mayte Hernández maytemth@hotmail.com

Salvador Felip dijo...

Hola Mayte,

Muchas gracias por tus comentarios, me alegra saber que te ha gustado el libro. Saber que mi novela engancha a los lectores me da fuerzas para seguir escribiendo.

Respecto a tu pregunta, hay que tener en cuenta que la situación era bastante compleja en esa zona.
Venecianos y genoveses tenían intereses contrapuestos, eran enemigos acérrimos por lo que la colaboración entre ambas ciudades era impensable, el simple hecho de que se ayudaran unos a otros durante el asedio fue casi un milagro.

Los venecianos se consideraban la potencia dominante en el Mediterráneo oriental, por lo que no eran del todo conscientes de la amenaza turca. Dado que los genoveses controlaban el comercio en el mar Negro, parte de los patricios venecianos casi preferían que los turcos cerraran ese acceso con tal de dañar los intereses de Génova, su rival. Además, su propio ego les impedía entender que los turcos eran un imperio en auge y que barrerían en poco tiempo a la flota de Venecia. Cuando un estado se encuentra en una de sus épocas de gloria no piensa en la caída.

Por otro lado, Constantinopla había soportado muchos asedios a lo largo de mil años, por lo que existía una cierta idea de que siempre se mantendría ahí, que no había razón para que no soportara un asedio más. Nadie salvo los que se encontraban dentro de la ciudad entendían la urgencia de la llamada de Constantino, pues pensaban que el peligro de perder la ciudad no era real. Todos conocían el poder disuasorio de sus murallas, las mejores de Europa durante un milenio.
De nuevo pecaron de inocentes y subestimaron tanto la determinación del sultán como el potencial de la artillería moderna.

En definitiva, como se dice vulgarmente, unos por otros y la casa sin barrer...

Un saludo y de nuevo gracias.

Salvador Felip

Anónimo dijo...

Hola, soy un gran aficionado a la historia y en general a la epoca Romana. Me alegro mucho de que se escriban libros sobre el Imperio Bizantino ya que es un imperio muy poco conocido pero al que le debemos muchisimo. Sobre el libro solo le tengo que decir que me ha encantado y que espero su proxima novela inpaciente.
Me gustaria preguntarle una cosa ¿ Es verdad que los propios bizantinos se llamaban entre si romanos y no bizantinos?
Un saludo

Salvador Felip dijo...

Me alegra muchísimo que te haya gustado mi novela, y más aún saber que ha sido lo bastante como para querer leer la siguiente.

Aparte de la propia magia que se respiraba en el relato de la caída de Constantinopla, una de las razones que me impulsaron a escribir sobre el periodo bizantino es que es uno de los imperios más desconocidos, a pesar de ser los herederos de Roma.

De hecho, es totalmente cierto que se llamaban a sí mismos 'romanos'. El término 'bizantino' se les adjudicó después, por motivos historiográficos. Para ellos, Roma cayó en 1453, e incluso el sultán turco se dio el título de 'Rey de romanos' cuando ocupó la ciudad.

Cuando nombramos a Bizancio hablamos de casi mil años de historia, de un imperio que mantuvo la gloria de Roma mientras el resto de Europa se perdía en la oscuridad de la edad media. Creo que no se le ha dado la importancia que merece, así que trataré de aportar mi granito de arena, a ver si consigo despertar un poco de interés en ese periodo de la historia.

Un saludo

Salvador Felip