sábado, 12 de febrero de 2011

La guardia Varenga

Hola a todos,

Tal y como prometí a Coriolis, esta semana toca una entrada algo menos truculenta que la anterior, así que me centraré en una de las más exóticas unidades del ejército bizantino desde el siglo X, la guardia varenga.



El nombre de Varengos o Varegos, se usaba por los rusos, desde los que llegó a Bizancio, como forma de describir inicialmente a los escandinavos. Es probable que la palabra derivara de la palabra noruega vár, que podría traducirse por 'compromiso' o 'juramento'. Describía a un grupo de guerreros que juraban lealtad a otro, observando un código de conducta común y compartiendo los posibles beneficios de la lucha.

Los primeros escandinavos que entraron en contacto con los bizantinos eran en realidad suecos del norte de Rusia, que llegaron a Constantinopla en 838 a través de los grandes ríos que cruzaban la estepa. Poco después, en 860, tras un fallido intento de saqueo de la capital del imperio, se asentaron en Rusia, alcanzando sin mucha tardanza un pacto con el emperador, por el cual se comprometían a enviarle levas de guerreros, a los cuales los bizantinos llamaban 'Rus'.

Se sabe que cerca de 700 de estos 'rus' tomaron parte del ataque bizantino a Creta en 911, aunque no fue hasta 988 cuando el emperador Basilio II recibió 6000 hombres del príncipe Vladimir de Kiev. Debido a su intenso ardor guerrero y a sus evidentes cualidades militares, Basilio los convirtió en su guardia personal. Desde ese puesto, los varengos se comportaron con lealtad en la mayoría de los casos, aunque hay anotaciones en la historia que delatan algunas grietas en tan profunda fidelidad. Por ejemplo, Harald Hardrada, el que luego sería rey de los noruegos, fue acusado de apropiarse ilegalmente de impuestos imperiales, e incluso las sagas nórdicas le muestran como el hombre que cegó al emperador Miguel V y secuestró a su sobrina María. Miguel VII, por otro lado, fue atacado en su propio palacio por un grupo de guardias borrachos (huelga decir que los varengos cumplían fielmente con el tópico de vikingos borrachos, hasta el punto que se los apodaba 'odres de vino') y en 1204, cuando sólo sus hachas parecían poder contener a los cruzados que pugnaban por entrar en Constantinopla, sólo accedieron a luchar tras exigir un generoso aumento de su nada desdeñable paga (que consistía en unos 15 nomisma, monedas de oro, al mes)

En el siglo XI, la composición de los varengos comenzó a cambiar, accediendo daneses y anglosajones al servicio del emperador, hasta que estos últimos ocuparon la mayoría de los puestos en la guardia. La última referencia segura a la existencia de la guardia varenga data de comienzos del siglo XV, y aunque no se nombran específicamente en las crónicas de la caída de Constantinopla, es posible que un grupo de estos guerreros aún figuraran entre lo que los testigos de aquel hecho denominan como 'unidades de la guardia imperial'

Dentro de su armamento, pese a que Psello apunta que todos portaban escudo y rhomphaia, la espada de un solo filo que colgaba en bandolera del hombro derecho, el arma que caracterizaba a esta unidad era el hacha, nombrada múltiples veces en las crónicas de la época. Huelga decir que, aunque algunos muchos aprendían griego durante su estancia en la gran ciudad, los problemas con la lengua nórdica siempre podían estar presentes, por lo que el oficial al mando, el Akolouthos, se hacía acompañar de un traductor bizantino.

Y eso es todo por hoy

Un saludo

5 comentarios:

Coriolis R. dijo...

Espero que otro día sigas con las entradas truculentas.
La verdad es que la Guardia varenga o varega es la gran desconocida y, desde luego, exótica a más no poder.
Una unidad formada de eslavos en el punto medio entre oriente y occidente se hace raro.
Quizá el catafracta o catafracto es la unidad más popular del imperio bizantino pero imagino que en combates cuerpo a cuerpo, un "berraco" con un hacha de muchos kilos repartiendo a diestro y siniestro seguramente fuera temible.
Aunque no tengo demasiados conocimientos como para afirmarlo, intuyo que los varengos se metieron menos en política que los pretorianos.
Me los imagino tal vez brutales y sanguinarios pero poco atraidos por el poder puro y duro.
Tal vez si en lugar de haber sido una "simple" guardia hubiesen formado una parte significativa de las fuerzas de choque bizantinas, la historia sería muy distinta.
También son relativamente exóticas la guardia suiza del Vaticano, o la guardia mora de Franco y supongo que sus protegidos confiaban su vida ciegamente a ellos.

Coriolis R. dijo...

Y saludos (que se me olvidaba)

Salvador Felip dijo...

Hola Coriolis,

En efecto, los varengos nunca demostraron mucho interés por el poder. Supongo que al ser tan radicalmente extraños al imperio bizantino nunca se vieron tentados de influir en la política de un reino que les era tan ajeno. Se limitaban a cobrar su jugoso sueldo y a batirse el cobre de vez en cuando. Tal vez por ello resultaban muy adecuados como guardia, dado que estaban fuera del círculo de intrigas que se tejían en la corte.

Aunque, por otro lado, no creo que la convivencia entre los civilizados bizantinos y los temibles vikingos fuese un camino de rosas.

Un saludo

Blas Malo Poyatos dijo...

Una entrada interesantísima, habría que verlos, un cabeza o más de estatura por encima de los bizantinos, altos y enormes, hacha en mano, y gritando cosas horribles en un idioma extranjero lleno de consonantes sonoras.

Algo así es lo que me espera en mayo...

Un saludo

Salvador Felip dijo...

Hola Blas,

Confío en que lo que te espere sea sólo la parte lingüística y no la del hacha :)

Un saludo