domingo, 16 de octubre de 2011

El entrenamiento de la caballería en tiempos de Justiniano

Hola a todos,

Cautivados por el cine, la idea que tenemos de la caballería romana es, básicamente, un tópico de un periodo muy concreto del imperio. Debido a su eclecticismo, que les llevaba a adoptar las estrategias militares más prácticas de sus enemigos, así como las armas, los romanos copiaron de persas y hunos las tácticas de los arqueros a caballo. Este tipo de guerreros, antes minoritarios en el ejército romano, llegó a convertirse en el siglo VI en la base del poder militar de Bizancio, componiendo la fuerza de choque y la élite de los ejércitos liderados por Belisario, hasta el punto de bastar 5000 de ellos para derrotar a los vándalos, sin que los 10.000 infantes, que componían el grueso de las fuerzas de Belisario en África, llegaran a participar en la lucha de forma significativa.



Sin embargo, la diferencia no estribaba sólo en cómo se empleaban estas tropas, sino que el propio soldado a caballo había cambiado totalmente respecto a su predecesor de siglos anteriores. En lugar de ser un simple escaramuzador, los arqueros montados de tiempos de Justiniano estaban entrenados duramente en múltiples aspectos del combate. Eran capaces de actuar como escaramuzadores, aguijoneando a las tropas enemigas con sus arcos, al tiempo que podían cargar con lanza o espada como caballería pesada tradicional, incluso eran capaces de descabalgar y formar a pie un muro de escudos, como demostraron durante una de las batallas libradas contra los persas, a los que derrotaron utilizando la primitiva aunque eficaz táctica de la falange.

Según el Strategikon, los soldados, que debían ser excelentes jinetes, eran entrenados de forma que pudieran disparar un par de flechas con su arco, guardarlo en la funda que colgaba de la silla, recoger la lanza que transportaban a la espalda, cargar con ella a través del enemigo y, finalmente cambiarla de nuevo por el arco para hostigar al contrario mientras se alejaban para reagruparse.

Como la mayoría de los jinetes no podían alcanzar semejante habilidad con todas las armas, muchas unidades se especializaban directamente como lanceros o arqueros, sin combinar ambas opciones, hasta que las bajas y el declinar del ejército bizantino empezó a hacer mella en sus filas, disminuyendo el número de estos super-guerreros, mientras el imperio dejaba recaer en los hombros de los aliados la carga de proveerles de caballería, volviendo nuevamente a las tácticas seguidas por la antigua Roma.

Tal vez, sólo tal vez, de haber mantenido la tradición y la fuerza, la historia del imperio bizantino hubiese sido muy distinta.

Un saludo

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