lunes, 28 de junio de 2010

Cómo publicar una novela IV

Hola a todos,

Finalmente, de las muchas opciones para publicar una novela sólo nos resta hablar de la autopublicación. A estas alturas, después de haber enviado manuscritos a una docena de editoriales y haber hecho spam con otros tantos agentes literarios, uno de los temas que bullen en nuestra cabeza mientras esperamos comiéndonos las uñas a que nos contesten es la posibilidad de autopublicar.

Autopublicar tiene una ventaja fundamental. No necesitamos a nadie, ni editoriales, ni agentes, ni nada de nada. Basta entrar en una de las webs que se dedican a ello (www.bubok.com o www.lulu.com, por ejemplo) y en un abrir y cerrar de ojos tendremos a nuestra disposición una forma rápida de conseguir nuestro libro impreso en papel a precios razonables. Este tipo de webs que ofrecen servicios de autopublicación disponen de tutoriales de uso e, incluso, de simuladores que nos ofrecen una aproximación de los precios de coste de nuestra futura obra, en función del tipo de papel utilizado, el tipo de cubierta, el número de hojas que componen el libro, etc. La rapidez que permite internet para la edición del libro ofrece la posibilidad de recibir un paquete en casa con los ejemplares impresos en unas semanas, mientras que cualquier proyecto en una editorial no baja de seis meses.

Ahora las pegas. La primera es la más obvia e importante, con esta alternativa no llegaremos al mercado. Pasaremos de ser autores desconocidos con un manuscrito a ser autores desconocidos con un centenar de libros ocupando sitio en casa. Es así de simple.

Si vuestra meta es ver vuestro libro impreso para regalárselo a familiares y amigos, sin ningún tipo de ambición adicional, autopublicar es una buena opción. Para cualquier otra cosa olvidaros. Basta con que os hagáis una sencilla pregunta: ¿A cuántos conocéis que hayan entrado en las webs de Bubok o Lulú a comprar un libro? Yo a nadie. Pese a que las webs te ofrezcan la posibilidad de disponer de una tienda virtual en la que vender vuestras novelas, dos cosas dan al traste con cualquier opción de venta. La primera es la cantidad de títulos publicados de esta forma. La propia Lulú comenta en su web que dispone de 1000 nuevos títulos diarios ¡¡¡1000 diarios!!! ¿Quién va a elegir vuestra libro entre los más de un millón que ofrece la web? La segunda piedra en el camino son los costes de envío, que convierten un libro que debería ser barato en algo casi tan costoso como un best-seller.

La alternativa a esta casi absoluta seguridad de no vender más que un puñado de ejemplares, se centra en que el propio autor se convierta en vendedor, comprando un lote de libros y endosándoselos a familiares, amigos y conocidos. Esta opción es factible, pero por mucho que nos llevemos fenomenal con la gente de Facebook, no creo que nadie pueda colocar más de doscientos o trescientos ejemplares (y eso los que sean muy sociables). No penséis haceros ricos con ello.

Por otro lado, encargarte personalmente de realizar la distribución a través de librerías conlleva todo tipo de problemas. El primero de los cuales sería, con toda probabilidad, tener que darse de alta como autónomo, con todo lo que conlleva. Eso si encontramos alguna librería dispuesta a tomarse la molestia de trabajar con nosotros. Aún así, si conseguimos salvar este obstáculo, eso sólo nos garantiza que nuestro libro se encuentre en un puñado de librerías de nuestra ciudad de origen. Si queremos llegar a más sitios deberíamos contactar con una distribuidora seria, lo cual conlleva gastos, tiempo, etc. Si nos dedicamos a esto ¿cuándo vamos a escribir?

En definitiva, la autopublicación sólo se la recomendaría a esas personas que quieren ver su libro en papel por satisfacción personal, a los que no les importa que su obra no salga nunca del círculo más íntimo de amigos y familiares. Para cualquier otro, mejor abstenerse. Al menos esa es mi opinión.

Un saludo

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